“Todavía hoy en día las mujeres son perseguidas por dar de mamar”

Dra. Paula Gómez
Neonatóloga. Coordinadora del Comité de Buenas Prácticas de Alimentación del Lactante y el Niño Pequeño de SMI.
Nota de Natalia Verdún

A pesar de que Uruguay cuenta con legislación sobre la lactancia en el ámbito laboral, persisten las dificultades para que las trabajadoras ejerzan su derecho. El retorno al trabajo es una de las principales causas de destete precoz entre las usuarias del SMI.


Desde hace más de tres décadas, la Organización Mundial de la Salud y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, Unicef, dedican la primera semana de agosto a concientizar y sensibilizar sobre la importancia de leche materna.

Este 2023 la campaña se centró en el mundo laboral conjugado con la lactancia.
De esta manera, se hizo foco no solo en el marco regulatorio sino también en el involucramiento de todas las personas para que las madres trabajadoras puedan ejercer ese derecho. En este sentido, el papel del grupo de trabajo-colegas, compañeros-es fundamental.

De acuerdo a datos de la OMS, más de 500 millones de trabajadoras en el mundo no cuentan con la protección esencial de la maternidad en las leyes nacionales. Mientras que solo el 20% de los países exigen que las empresas establezcan lugares adecuados y tiempo pago para que las mujeres puedan amamantar o extraerse leche.



El Uruguay, una vez finalizada la licencia por el nacimiento, la madre (o el padre, de acuerdo a lo que convengan) tiene derecho al medio horario laboral hasta los 6 meses del niño.

Además en 2017 se aprobó la ley que establece las salas de lactancia. Así, en donde haya veinte o más mujeres que trabajen o estudien, o más de cincuenta empleados, deberá existir ese espacio. Si no se llega a esa cantidad de personas pero existe al menos una mujer en período de lactancia, se deberá garantizar un lugar exclusivo para ese fin.

El decreto que reglamentó la ley data de un año después y en él se marcan, entre otros aspectos, las condiciones que debe cumplir la sala.

El texto también modifica un decreto del año 1954 donde ya se autorizaba a las mujeres a tomarse un tiempo dentro de la jornada laboral para dar de mamar a su bebé, "que será computado como trabajo efectivo".

El cambio se refiere a que la mujer podrá elegir entre dos períodos de media hora-como establecía originalmente-o uno de una hora, y que será su médico tratante y no el de INAU quien certifique la duración del periodo de amamantamiento.

Pero a pesar de la legislación, aún hoy hay mamás que tienen dificultades para continuar amamantando una vez retoman sus actividades laborales.

En diálogo con esta revista, la neonatóloga Paula Gómez, coordinadora del Comité de Buenas Prácticas de Alimentación del Lactante y el Niño Pequeño del SMI, señaló algunos de los obstáculos que las mujeres comparten en la consulta.

"Muchas veces las madres traen que les dicen explícitamente que cómo va a salir a extraerse, si está con medio horario. Otras veces no son tan explícitos esos cuestionamientos pero sí en las formas, en las miradas, en las caras. La mamá necesita un lugar donde sus compañeros de trabajo entiendan la importancia de lo que está haciendo: extrayendo su leche para poder dársela a su hijo, eso va a permitir que su hijo se enferme menos, que la mamá esté cómoda porque pasan las horas y las mamas se llenan y la mujer está incómoda, tensa, empieza a salir leche espontáneamente. Entonces es ponerse un poco en el lugar de la mujer y darle esa tranquilidad de que se tome su tiempo".

En ese sentido la doctora enfatizó en la necesidad de comprometer a toda la sociedad para promover y defender la lactancia.
"Es bien importante sensibilizar a otras mujeres y a los varones para lograr un apoyo a las compañeras que están en situación de lactancia. Para que continúen con la lactancia el mayor tiempo posible porque es una de las principales causas que vemos en el SMI de destete precoz, de lactancia exclusiva".
Además de la empatía y el acompañamiento es necesario que se cumplan con las pautas establecidas sobre la sala de lactancia.

Las salas deben "garantizar la privacidad, seguridad, disponibilidad de uso, comodidad, higiene, y fácil acceso de quienes las utilicen para asegurar el adecuado amamantamiento, así como la extracción y conservación de la leche materna", dice la ley. Pero en muchos casos la realidad está alejada. La doctora Gómez lo explicó así: "sigue pasando en muchos lugares que no hay un lugar adecuado para que las mujeres pueden realizar la extracción. Todavía hay mujeres que tienen que usar los baños-algo totalmente antihigiénico- o los vestuarios, donde no tienen intimidad, tranquilidad, un lugar para sentarse".

Las principales dificultades aparecen en los lugares de trabajo más pequeños, o sectores donde la organización de los trabajadores es escasa o nula. Si bien la ley establece sanciones para las empresas que no cumplan con la norma, no existen controles a menos que se denuncie; pero las denuncias pocas veces llegan por temor a perder el trabajo.
"Todavía hoy en día las mujeres son perseguidas por dar de mamar, hay lugares donde las cambian de turno, de tareas. Son situaciones que las complican en la vida diaria en lugar de solucionar y de alivianar. O se las traslada a lugares más lejos entonces terminan muchas veces renunciando. Esto pasa en los lugares más vulnerables, que pueden pelear menos por los derechos", afirmó la coordinadora del Comité de Buenas Prácticas de Alimentación del Lactante y el Niño Pequeño del SMI.
Este realidad hace que sea necesario "seguir insistiendo para que todos los lugares de trabajo donde hay mujeres en edad fértil cuenten con el lugar adecuado y que las mujeres no sientan que están haciendo trabajar más a sus compañeros o recargado al trabajo de sus compañeros", destacó Gómez.

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