Agradecimientos

Montevideo 20 de julio 2013

Quiero expresar mi agradecimiento al equipo técnico al Dr. Carriquiri y al Dr. Cassinelli y su equipo poniendo todo de sí.

Quiero resaltar parte humana y calidad del personal de todo el equipo que sin ellos no hubiera sido posible mi recuperación.
Al equipo de Enfermería del 4 piso habitación 436 por su ardua dedicación, a las Nurses que siempre estaban para escucharnos, a las Nutricionistas tratando de contemplar mi problema, al Sector de Limpieza, a Tisanería y todos aquellos que transitaron por mi habitación haciendo todo lo que estaba a su alcance a todos ellos.
Mi agradecimiento y el de mi familia a la institución y a todo su personal.


Héctor Flores
1.162.688-5

 


 

Montevideo, 10 de febrero de 2014

Estimado Eduardo:
En el marco de nuestra vieja amistad, me importa hacerte llegar mi reconocimiento personal por la forma en que fui atendido ayer domingo en el SMI del centro, debido a un pequeño accidente en una obra:

El hecho fue que debido a las intensas lluvias se me desmoronó el piso donde estaba trabajando, y al intentar apoyarme para no caer, lo hice con la mano sobre un hierro saliente de un muro, el que se me incrustó en la palma como un centímetro. Después de una primera curación de emergencia que creí suficiente, y habiendo pasado algunas horas, pensé que de pronto era mejor que me viera un médico.

Entonces concurrí a la emergencia del SMI, donde fui atendido con gran profesionalidad y sobre todo con buen humor y calor humano. La Dra. Rossana Borgato se tomó el tiempo necesario para hacer su diagnóstico primario, y me convenció de que si bien no era nada grave, podría requerir la intervención de un cirujano plástico, para lo que me mandó hacer placas y pasarme un antibiótico por la vena.

Al rato llegó la Dra. Rosario Peña, que siempre con una sonrisa me dijo que había tenido suerte porque no me había cortado ningún nervio, y en pocos minutos me estaba cosiendo la herida, dándome las indicaciones de curación hasta que me sacaron los puntos.

Entre las dos intervenciones, recibí también la atención de dos enfermeras (de quienes lamentablemente no registré los nombres... una rubia y una moracha), las que también me sorprendieron con su actitud solidaria y buena disposición.

Mi viejo, que era siquiatra, siempre decía que el médico, a veces, podía curar, pero que siempre debía aliviar. Y ayer, antes que curado, me sentí aliviado.

Si es posible, me gustaría que trasmitieras mi agradecimiento y hagas conocer estas líneas a las involucradas.

Abrazo para vos,
Andrés Pfeiff Folle

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