Charla sobre consumo de marihuana

Charla del Dr. Álvaro Usher
Nota Natalia Verdún

"No importa la cantidad y no importa la frecuencia, cuando hablamos de utilización de sustancias en menores siempre hablamos de un consumo problemático"

Luego del alcohol y el tabaco, la marihuana es la sustancia más consumida en el país, según indica la última encuesta nacional sobre consumo de drogas que se realizó en el año 2012. El informe final, que se puede consultar en la página web de la Junta Nacional de Drogas, revela que el 20% de las personas de entre 15 y 65 años fumaron marihuana alguna vez en su vida y que un 8,3% lo hizo habitualmente durante los 12 meses anteriores al relevamiento. 

La encuesta también muestra que la edad promedio de inicio es 18 años y que entre esa edad y los 25 años se ubica el mayor índice de consumo.

Tomando en cuenta esta realidad, en el mes de julio el SMI organizó una charla sobre consumo de marihuana a cargo del Dr. Álvaro Usher, psiquiatra, especialista en tratamiento de adicciones e integrante de la policlínica de Uso Problemático de Drogas de la institución.


- ¿Cuál era el público objetivo de esta charla sobre consumo de marihuana?
- Estaba destinada a padres o familiares, no para usuarios. Uno de los conceptos más importantes que tratamos fue que cuando hablamos de menores de 18 años todo consumo es problemático porque es la etapa del desarrollo neurológico. O sea, no es lo mismo fumar un cigarrillo de marihuana con 14 o 15 años que con 25, 30 años. Entonces frente a los padres lo que marcamos es esa idea: de que todos los usos de sustancias son problemáticos. Puede ser marihuana o alcohol...la idea es dilatar lo más posible en el tiempo el contacto que tiene el joven con el consumo de sustancia.


- ¿Qué es lo que sucede en nuestro cerebro en la adolescencia y cómo puede afectar el consumo de sustancias en esa etapa?
- En la adolescencia no están perfectamente desarrolladas todas las vías neuronales, todos los circuitos. Entonces si en una etapa en la cual todavía se está desarrollando el entramado, el camino, con el cual uno va a seguir toda la vida, irrumpe la presencia de sustancias psicoactivas pueden potencialmente alterar o complicar ese normal desarrollo y las eventuales consecuencias pueden ser más duraderas. O sea, cuando se está trabajando con personas que tienen uso problemáticos de drogas uno encuentra que el tratamiento es más difícil en aquellos casos donde el comienzo del contacto con la sustancia fue más precoz.


- ¿Cuáles son las preguntas más frecuentes de los padres en este tipo de charlas?
- La impresión que tuve fue que la mayoría era gente que más que buscar información o evacuar dudas eran personas que ya estaban pasando por situaciones complicadas, de repente hacían preguntas más específicas o aportes con respecto a los tratamientos, a las opciones, cómo llegar a la consulta, cómo acompañar o favorecer que sus hijos se acercan a consultar.
Nosotros lo que hacemos en nuestra policlínica es tratar de que el encuentro sea lo más llano posible, tratar de que el adolescente y el joven pueda plantear lo más fácilmente su situación.

Muchas veces nos encontramos con chicos que llegan porque los familiares se enteran que fuman y poco más que los traen de la oreja, entonces tratamos de darle la mayor cantidad de información posible, de orientarlos con respecto a dónde buscar información que no sea tendenciosa. Muchas veces son chicos que están en la etapa que se llama de "precontemplación", o sea, ellos no tienen la conciencia de que su consumo es problemático porque es lo que ven con más frecuencia en sus pares entonces te dicen que el problema es por los padres que no entienden, que están asustados.



Se trata de darles mucha información científicamente rigurosa pero no pararnos en un lugar para juzgarlos o tratando de hacerlos culpables o hacerlos sentir que el ir ahí es una pena. A veces notás que eso es lo que el padre quiere, que uno le diga que no lo hagan porque "está mal" pero el lugar que a mi me dan tiene que ser distinto. No es solamente no hagas esto porque está mal o porque te hace daño. Además, generalmente la idea que ellos tienen, que muchos tienen, es que esto no genera daño, que no es complicado, que les da placer, les permite vincularse, disfrutar más una película...porque ese el efecto que ellos buscan.



- La noción de peligro en los adolescentes no es muy clara y, además, es difícil también que puedan considerar algo a largo plazo...
Sí, sí, les cuenta mucho pensar eso porque no tienen noción de riesgo y menos de que les puede afectar en edades más grandes. Salvo que tengan alguien cercano que le haya ""pegado mal' o haya tenido un ‘'mal viaje'' o que hayan visto que realmente haya sido problemático pero la noción de riesgo y eso que dijiste de el largo plazo... estamos en una cultura que lo que prima es la inmediatez entonces pensar lo que les va a pasar de acá a cinco años es un planteo que no es frecuente. 


- ¿Cuándo hablamos de un consumo problemático?
- Consumo problemático uno lo puede entender cuando una persona tiene dificultades en su salud física, por ejemplo, una persona que tiene que asma y fuma: cualquier cantidad de cigarrillos que fume se puede decir que es un consumo problemático porque tiene una patología respiratoria que el tabaco le juega en contra. O en personas que tienen problemas en su salud mental; una persona que tiene una estructura depresiva y que recurre con frecuencia al alcohol justamente empeora su situación anímica. Pero también es un consumo problemático cuando un joven falta al colegio, baja las calificaciones, o cuando empiezan problemas de familia, de amigos, de pareja...cuando surgen problemas en cualquiera de esas áreas y se relacionan con el uso o contacto de una sustancia. Las faltas al trabajo los lunes porque están de resaca del fin de semana, o el que atrasa el pago del alquiler porque se gastó parte del dinero comprando cocaína.


- No se trata de frecuencia sino de cómo afecta la vida diaria ¿es así?
- Exactamente. Podés no tener una dependencia, o sea, podés consumir de vez en cuando o incluso consumir poca cantidad e igual ser un consumo problemático. Hay un ejemplo muy claro en cierto tipo de personas cuando consumen alcohol, que es les llama de mala bebida, es gente que toma poca cantidad muy de vez en cuando pero con esa poca cantidad se torna pendenciero, complicado, agresivo. Esa persona no tiene una dependencia porque toma de vez en cuando y la cantidad es poca, comparada con los demás, pero las consecuencias que tuvo fueron muy importantes. No es un adicto, no es un abusador pero igual es un consumo problemático. Y vuelvo al concepto anterior: no importa la cantidad y no importa la frecuencia, cuando hablamos de utilización de sustancias en menores siempre hablamos de un consumo problemático. A veces pasa que un chico llega porque le encontraron un cigarrillo de marihuana y eso genera una gran conmoción familiar pero no genera una preocupación similar que en la casa, en la previa antes de ir a bailar, cuatro chiquilinas se tomen un litro de vodka... y las dos son situaciones complicadas.


- Le preguntaba sobre este tema de la frecuencias porque el concepto de consumo problemático es relativamente nuevo, por lo menos para las personas comunes ¿no?
- Sí, e incluso hay gente que lo puede discutir porque de la mano de eso implícitamente está la idea de que existe un consumo no problemático. Por ejemplo: vas a un casamiento y están brindando 100 personas y tú no pensás que esos 100 son alcoholistas pero en ese momento están ingiriendo alcohol...si no tiene que manejar, cubre las posibles consecuencias, el consumo fue recreativo, festivo, al otro día no quedaron con mal. Y puede pasar lo mismo con la marihuana, con adultos, un viernes con amigos, cenando, pueden haber fumando marihuana y que esto no les ocasione problemas pero, reitero, en adultos y que eventualmente no tengan ninguna problemática previa que potencialmente pueda agravarse por el consumo de una sustancia.


- Habitualmente ¿cómo llegan los adolescentes a tener contacto por primera vez con la marihuana?
- Muchas veces hay una cuestión de imitación, un ambiente que favorece, amigos que fuman antes, las conversaciones entre ellos. Hay como una cultura en la cual se dice que es lindo, que hace bien, que te facilita reírte, que te facilita para vincularte. Generalmente no es la mayoría la que busca cambiar un estado anímico a través del hecho de fumar.

Ante una persona que ya está decidida a fumar lo que uno les da son algunas recomendaciones para disminuir los riesgos o los daños: si te sentís mal, con un estado anímico particular, muy triste o muy enojado, hay que evitar consumir. Nunca hacerlo cuando te sentís mal porque el efecto no va a ser el satisfactorio, les puede ‘'pegar mal''. O cuando te plantean que están fumando antes de entrar al liceo, hay que explicar que fumar marihuana te afecta la capacidad de atención, de comprensión, la memoria, entonces si vas a fumar no lo hagas antes de entrar al liceo.

Con el alcohol es lo mismo: si ya definiste que vas a tomar, no lo hagas con el estomago vacío, espaciá los tragos, no los mezcles con bebidas carbonatadas...ese tipo de cosas también uno le plantea para que las consecuencias sean menores y que tengan un poco más de seguridad. Es muy fácil decir "no fumes porque te hace mal" o "no tomes porque hace mal"... y yo me puedo quedar tranquilo que lo dije, ahora, el efecto que va a generar en el otro si ya está decidido va a ser mínimo, entonces, como agente de salud, uno tiene que tratar de adecuarse a la gente con la que se está trabajando.

Si te encontrás con chicos que tienen antecedentes de problemáticas a nivel de salud mental como déficit atencional, cuadros depresivos, trastornos bipolares o chicos que han atravesado algún episodio psicótico el énfasis en el no consumo es mucho mayor porque estás enfrentando a personas más vulnerables. O casos en los que que el papá, el tío, o abuelo, tienen diagnóstico de esquizofrenia porque hay una mayor potencia de vulnerabilidad.


- ¿Qué se les puede recomendar a los padres sobre "señales" o conductas que puedan estar relacionadas con el consumo de marihuana u otras sustancias?
- Yo no le doy a los padres un listado con "tips" del tipo "si tiene ojos rojos es porque consumió marihuana". Las recomendaciones son tratar de estar cerca, de estar atentos, de compartir, hablar de los temas, buscar información que sea adecuada. Entender que en determinadas edades la influencia de los pares es muy importante y que a veces están más cercanos a lo que les pueda decir sus compañeros que sus padres.

Hay determinadas situaciones que pueden dar un alerta: un chico que tiene una historia de escolaridad adecuada y empieza a bajar las notas bruscamente, o repite, o aparecen cambios de conducta acentuados, o uno nota que hay un cambio de amistades o de intereses....entonces algo está pasando, no necesariamente tiene que ser un consumo de sustancia pero la familia tiene que estar atenta para tratar de ver qué es lo que ocurre. No con una cuestión paranoica de que cualquier chico que pierde un examen hay que hacerle un test de tóxicos en orina para confirmar si está fumando marihuana o no, eso sería muy poco operativo y no favorecería para nada un buen desarrollo vincular intrafamiliar.


- Me imagino que a los papás este tipo de situaciones puede generarles un cuestionamiento de su rol, sentimiento de culpa, la incertidumbre de no saber cómo actuar...
- Sin duda. Uno trata de no pararse en la situación extrema de que todo lo que hace el hijo es su culpa pero tampoco decir ¨bueno, el que consumo es él y yo no tengo nada que ver". La propia institución tiene convenios con instituciones que se dedican específicamente al tratamiento de los usos problemáticos en las que existen grupos para familiares. Entonces los padres también pueden venir a la institución para pedir ayuda para ellos y participar en actividades para familiares. Cuando una familia viene con este tipo de problemática no queda solo en una consulta aislada conmigo o con el otro colega en la policlínica de uso problemático sino que pueden participar en actividades diseñadas para trabajar con padres o referentes. Es importante que los padres tenga también la información y sepan que no necesariamente todo el que prende un cigarrillo de marihuana termina consumiendo pasta base, por ejemplo, porque eso no es así. Yo trabajo en casos en los que la situación ya se instaló, entonces se trata de minimizar daños e ir más allá del ‘'consumo sí o consumo no"', se trabaja sobre la idea de que la persona tiene que elaborar un proyecto de vida más sano. Eso es lo fundamental.

 

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