Entrevista a Guillermo Lockhart

Sueño cumplido. En octubre Guillermo Lockhart vio materializado en la pantalla grande un deseo que lo acompaña desde niño: dirigir una película de terror.

El juego de las 100 velas, en la que también participa como guionista, arrasó con la taquilla en los primeros días de exhibición.

Comenzó como modelo, luego fue conductor de televisión hasta que se convirtió, además, en productor de su ya clásico programa Voces Anónimas, autor de libros y gestor de varios proyectos que tienen lo sobrenatural como eje fundamental.


¿Cómo estás viviendo la experiencia de presentar la primera película dirigida por vos?
Es una experiencia soñada, por decirlo de alguna manera. Primero que nada porque desde niño soñaba con esta oportunidad, es algo que lo veía con mucha ilusión en aquellos tiempos y luego al crecer esos sueños comenzaron a evaporarse, como quien dice, porque el camino por el que a veces uno transita capa no es igual o parecido al que uno sueña siendo pequeño. Pero siempre las ganas o los sueños estaban. Pasaron muchas cosas en el medio, el modelaje, la televisión y ahora se abre esta puerta y entonces se viene a mi cabeza esos recuerdos y esos sueños. En algún momento los llegué a soltar, los dejé volar pensando que nunca los iba a alcanzar por eso este momento para mí es muy importante.


¿Cómo fue el proceso en sí de producción y filmación?
Todo empieza el año pasado, en el 2019, cuando un productor argentino, charlando conmigo escucha esta misma idea de El juego de las 100 velas. Se la comenté al pasar hablando de proyectos propios, nada más que estaba vinculado con Voces Anónimas. Es un principio se iba a filmar con material de Voces Anónimas. Le encantó la idea pero me dijo que quería hacerlo en Argentina, me preguntó si estaba listo y le dije que sí. Lo único que tenía era un boceto de un tratamiento, había empezado a escribir el guion con otro autor argentino, Mauro Croche, entre los dos estábamos trabajando en el guion. Nicolás Onetti, que es este productor, que trabaja en una productora internacional parte de Argentina y parte de Nueva Zelanda, que se llama Black Mandala, me dice que está trabajando en varios cortometrajes de diferentes partes del mundo y me dice que estaba todo pronto. Cuando me dijo eso en realidad sentí como un cosquilleo ¿no? Porque eran nervios como de... "bueno, llegó ese momento", más rápido de lo que imaginaba. Y esa última etapa del 2019 fue terminar el guion, trabajar en la preproducción y en febrero viajé a Argentina, filmamos y me vine a principios de marzo, muy cerca del 13 de marzo, y nos dio para filmar todo. Por eso estamos estrenando, si hubiera quedado trunco, si hubieran quedado días de rodaje para adelante no estaríamos haciendo esta entrevista. Por eso yo creo que es mágico, como te decía hoy, soñado, primero que nada por cómo se dio y -si tomamos en cuenta que este 2020 prácticamente no hubo estrenos en la pantalla grande- poder tener esta posibilidad es más que importante. La película se estrenó el 29 de octubre y más allá de todo, de que las salas están habilitadas para una capacidad del 30% de su totalidad, que además hay protocolos muy estrictos, la película fue la más vista. Si no me equivoco fue el estreno más taquillero, esto llevó a que se proyectara en todas las salas del país, más de 20 en Montevideo, en todos los departamentos. Me dieron la noticia de que va a seguir hasta enero en Montevideo...imagínate lo que es vivir todo esto. Capaz que como un proyecto inicial uno pensaba en transitarlo como una especie de, hablando vulgarmente, pagando derecho de piso, como algo perfil bajo para ingresar, para mostrar lo que hacemos, sin embargo entró con un perfil bastante alto. Fue la más vista, 40% del total de la taquilla, el triple de la segunda película. Fueron números que, lejos de querer sacarme cartel, es como para contar lo sorprendido que estoy, con todo cómo se dio. Es como una mamushka llena de sorpresas.

 

¿En Argentina se va a presentar en otras plataformas, tomando en cuenta que no están abiertos los cines?
Cuando se dan los primeros casos de contagios en marzo ellos inician la cuarentena, ahora hablan de distanciamiento así que creo que se abren las puertas para que en algún momento no muy lejano abran las salas. Estamos un poco esperando ese dato. El estreno estaba programado para agosto o setiembre como estreno mundial en Argentina y en Uruguay en octubre. Uruguay terminó siendo el país en el que se estrenó mundialmente, algo que para mí muy importante. Ahora va para Asia, a Taiwán. Hay varios países que están igual que Argentina, esperando. Va a ser una película que va a desfilar por varias salas porque ya está arreglado y luego seguramente la vamos a ver en algunas de las plataformas que conocemos porque ya hay dos acercamientos grandes. Yo estoy contentísimo y en realidad disfrutando lo que pasa en los cines.
Para la película hay una empresa productora pero a nivel personal vos tenés tu productora porque tus programas, los libros, los gestionás vos ¿cómo ha sido ese camino? Me imagino que es mucho más difícil e implica más trabajo pero a la vez te da otra libertad.
Es exacto el análisis que hiciste...resumiste un gran tema en pocas palabras. Tienen su lado muy positivo que es la libertad de poder decir "soy dueño de mis proyectos" y en realidad el único filtro es el público; uno piensa si es material interesante o atractivo o apto para el público y también si supera al interior. Después sí, en contrapartida, como decimos acá: es todo a pulmón. Pocos recursos, usar mucho el ingenio, estudiar mucho el mercado y en el caso nuestro el autopublicar o manejar nuestros contenidos tiene sus costos pero por suerte descubrimos que hay un mercado a nivel mundial que hoy está mucho más abierto, que ha consumido algunos de nuestros ciclos televisivos. Tenemos nuestro canal de youtube con más de 700 mil suscriptores de todas partes del mundo, que nos permite generar contenidos para ellos y poder monetizarlos de alguna manera y entonces como que se retroalimenta y todo eso que se genera se termina en nuevos contenidos. Entonces de esa manera es como una máquina que funciona porque se nutre de varias partes y se nutre por sobre toda las cosas por el apoyo del público, creo que si no fuera por ese apoyo tanto en los libros, en la serie televisiva como en plataformas, o en movidas como unas obras de teatro que hemos realizado, la máquina no funcionaría.


Tenés un segmento de público adolescente muy importante ¿cómo te vinculás con ellos?
Es muy interesante porque es adolescente, preadolescente y niños. Me llegan llamados de instituciones, de escuelas, liceos, públicos, privados, de diferentes contextos, y de diferentes puntos del país, y las maestras o profesoras me invitan porque trabajan con los alumnos estas historias. Obviamente son voluntarias las visitas, incluso soy padrino del liceo 16, que está en el barrio El Prado. Una de las cosas que más me gusta, que extraño y estoy viendo de volver son las visitas a estos centros estudiantiles. Compartir una charla con los jóvenes para mí es sagrado porque, más allá de que a veces uno tiene mucho trabajo y eso implica cortar alguna actividad, cuando volvés a tu casa es como si tu vida fuera un celular y volvés con la batería al 100 por ciento. Y eso te nutre, te da más ganas de seguir adelante, la motivación que despierta tanto el programa como los libros es los jóvenes, las ganas que te transmiten, cómo te alientan a seguir adelante eso es un plus que no lo encontrás en ningún otro lado. Mi vínculo con los jóvenes es muy fuerte y trato de aportarles algo, más allá del contenido, del entrenamiento, trato de aportarles mensajes a través de estas historias y también de motivarlos, de invitarlos siempre a soñar y a luchar por sus sueños.
Cuando eras chico estas historias sobrenaturales aparecían en tu vida a través de cuentos, de relatos cuando viajabas al interior, de libros que leías. Se me ocurre que esto de conversar con los chiquilines ahora es como conversar con el que vos fuiste.
Exacto. Yo siempre lo digo: yo estoy haciendo un programa que en realidad es el que deseaba ver cuando tenía la edad de ellos, y no había. Recuerdo un programa de radio que se llamaba Caras y más caras, conducido por Gustavo Rey, que tenía un segmento que se llamaba Más allá de la medianoche, en el que la gente contaba historias. Yo me acuerdo de apagar las luces, subir el volumen, y después no dormía en toda la noche pero era un primer acercamiento....era como salir de las enciclopedias, de los libros. Yo leía sí, sobre todo Quiroga, Pou, leía todo tipo de material pero el pasar de las páginas del libro a un programa radio a la medianoche un viernes....A eso sumale las películas de terror, había un canal que tenía un espacio que se llamaba Al filo de la medianoche y pasaban películas como El Exorcista. Era un conjunto de cosas: también ir al a escuela y que las maestras nos leyeran cuentos de Horacio Quiroga como El almohadón de plumas, La ganilla degollada, después en los primeros años de liceo leer a Cortázar. Entonces vos vas creciendo con esa literatura, que a mí me marcó, y a la par hay un programa de radio, y ves que hay leyendas en las calle. Y en esos viajes con mi padre, que es veterinario, descubrí relatos más folclóricos. Pero también parte de mi familia es de Paysandú y yo iba a la casa de un tío que era dentista, la casa está frente a la plaza Constitución, donde se llevó a cabo una batalla muy cruenta en la que fallecieron muchas personas en la lucha entre los blancos y colorados, y había todo tipo de actividad paranormal en esa casa. Yo era niño y había una casa abandonada, pegada a la de mi tío, y yo me metía a explorarla. Sabía que si veía una sombra moviéndose iba a correr como Usain Bolt en las olimpíadas pero me metía al día siguiente de nuevo. Y esas aventuras son las que hace que algo se instale en tu mente o en tu corazón y te marquen, esas vivencias, esa pasión. Hoy al ver a estos jóvenes con libros de Voces Anónimas en la mano, o al pasar y ver que gente que está mirando un capítulo en internet, o que manden fotos capturas, me siento feliz porque veo al Guillermo de niño, que no pudo ver esos contenidos, disfrutando de cómo niños del siglo XXI pueden hacer lo que yo hubiese pagado por ver. Lejos de darme nostalgia o porqué no pude ver esto me pone alegre porque en cierta manera todos tenemos un niño adentro, deberíamos cuidarlo, creo que es lo más sagrado que tenemos, y yo me conecto con ese niño cada vez que Voces Anónimas sale o se abre alguna de las página del libro.


¿Cómo surge tu vínculo con la institución?
Yo nací en Impasa, mi familia, mis hermanos también nacieron ahí. Es un recuerdo muy especial. Es el hospital de toda mi vida. Viste que cuando a veces uno empieza a trabajar tiene posibilidad de cambiar pero nunca quise. Más allá de que hay recuerdos...falleció mi madre en el hospital también, es un momento clave de mi vida, en un proceso en el que en una primera instancia era horrible, difícil de superar. Hoy entiendo que la vida es eso: un proceso en el que transitamos un camino que para la mayoría es largo. A mi madre le tocó partir en el mismo lugar en el que me trajo al mundo. Por eso es un lugar muy especial, es un lugar de tránsito entre la vida y la muerte y a mí todo eso me vincula mucho, siento que es mi lugar. Ahí un 25 de agosto de 1976 sobre el mediodía llegué al mundo y eso es un regalo que me dio mi madre y con esa misma postura miro el sanatorio cada vez que paso por la puerta. Pasa la fachada, pasan los años pero los recuerdos siguen vivos.

 

 

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