Estimados/as miembros de la Dirección Técnica SMI:

El 19 de abril de este año di a luz a mi primer hijo, y por este medio quisiera agradecer la atención brindada por el equipo médico de SMI.

Durante nuestra internación se nos consultó acerca de cómo evaluábamos la experiencia, y en este momento nos encontramos en condiciones de dar una respuesta meditada.

Durante el embarazo y cesárea fui atendida por el Dr. Gonzalo Vidiella, quien actuó con sumo profesionalismo, respeto y calidez humana. En todo momento nos planteó las opciones disponibles, y sus recomendaciones, dándonos el tiempo necesario para decidir, resultando todas sus intervenciones positivas para nosotros.

Además de su profesionalismo destacamos la calidez humana de su persona, dado que recibimos de su parte la contención que necesitábamos. Gracias a él vivimos todo el proceso en el SMI con amor y alegría.

También quisiéramos destacar la labor de todo el equipo presente durante la cesárea, quienes respetaron el Plan de parto que realizamos mi pareja y yo. Me explicaron los procedimientos, respondieron mis preguntas, y realizaron su labor con compromiso y respeto a la importancia que el momento tuvo para nosotros.

Recibí asesoría en lactancia, de la que destaco especialmente la actuación de la Psic. Maritsa Henig quien además de los aspectos técnicos trabajó conmigo los aspectos emocionales. Esto hizo la diferencia ya que permitió expresar mis sentimientos y generó que pueda dar de mamar con confianza y disfrute desde los inicios hasta el día de hoy.

El Dr. Natalio Blankleider, quien intervino en los primeros momentos con nuestro bebé actuó con sumo profesionalismo y solidez técnica, explicándonos sus intervenciones con mucha dedicación y respeto.

Otros detalles que hicieron la diferencia en mi internación consistieron en recibir la medicación orudis con suero glucosado, lo cual impidió los efectos molestos, y que el personal de enfermería y médico, se retirara cuando daba de mamar y volvieran luego. El personal a cargo de traer la comida, o de limpieza se adaptó también a los tiempos que necesitábamos. En general viví una atención respetuosa de todas las personas.

Todos estos aspectos hicieron que hayamos vivido la experiencia más importante de nuestras vidas en forma plena, sintiéndonos respetados, acompañados, rodeados de afecto y cuidado.

Agradecemos enormemente la labor de las personas que están comprometidas con esa tarea y colocan su corazón al servicio de ayudar a sanar a otros.

Deseándoles felicidades, saluda con estima, Diana Meerhoff y familia

Imprimir contenido