Factores que inciden en el bajo rendimiento de la escolaridad en la Adolescencia

Lic. Psic. María F. Danielli.

La adolescencia es una etapa del desarrollo del ser humano signada por cambios corporales, que determinan el pasaje de la niñez a la etapa adulta. Estos cambios corporales son acompasados por el desarrollo afectivo, emocional e intelectual.

Los motivos más frecuentes de Consulta Psicológica en Policlínica Adolescente, son los cambios de carácter, los trastornos de conducta, el bajo rendimiento en el liceo y la pérdida de cursos por inasistencias, que muchas veces devienen en la deserción liceal.

Algunos adolescentes ya habían presentado bajo rendimiento desde la época escolar y es preciso diagnosticar, con la Policlínica de dificultades del aprendizaje, si presentan problemas específicos del aprendizaje; en ese caso se les brinda el tratamiento adecuado, lográndose mejorías en cuanto al rendimiento y al desarrollo integral.

En otros casos, los jóvenes habían tenido rendimiento aceptable hasta el momento, no tuvieron antecedentes escolares de bajo rendimiento, ni se detectaron problemáticas específicas del aprendizaje, pero se observan otras situaciones que influyen en un rendimiento insuficiente.

Existen motivos emocionales directamente relacionados con la etapa de desarrollo en la que se encuentran, donde los cambios corporales tienen su correlato psicológico y se produce una movilización del mundo interno del adolescente.

Se deja atrás la niñez con los parámetros conocidos del ámbito escolar (la maestra como referente y en algunos casos cambios de instituto y de compañeros), que va a implicar la elaboración de un duelo por la pérdida de la niñez y la necesaria adaptación del adolescente, a los cambios externos, a un ámbito nuevo.

• Deberá asumir una mayor responsabilidad, en un proceso ambivalente que puede implicar avances y retrocesos.
• Establecerá contacto con un nuevo grupo de pares, o con el mismo, pero el relacionamiento entre ellos irá cambiando en función del desarrollo de diferentes intereses, propios y del conjunto.
• El pasaje al liceo es algunas veces un cambio deseado donde se despliegan expectativas, estas expectativas a veces se cumplen y a veces no.
• Con el ingreso a secundaria los adolescentes tempranos se encuentran con tiempos distintos y un trato menos personalizado que en la escuela, los jóvenes no son identificados en un comienzo por los adultos a cargo (profesores, adscriptos, dirección). La experiencia en la nueva institución podría implicar una prueba que los fortalezca y ayude a crecer en un ámbito motivador a nivel intelectual; pero es real que muchas veces se da en un entorno poco propicio, en el que se encuentran con el individualismo y la agresividad de algunos componentes del grupo.
• Se dan situaciones de bullying (donde pueden ser víctima, atacante o testigo), estas situaciones provocan aislamiento, malestar, inseguridad, sintomatología variada y un repliegue defensivo que interfiere en el aprendizaje, anulando la motivación al punto de no querer concurrir a clase.

Por otra parte los planes de estudio que se vienen modificando, compiten en cierta medida con las propuestas lúdicas de las nuevas tecnologías donde proliferan los estímulos visuales y sonoros intensos, en las cuales se razonan por analogía, se asocian por ensayo y error, sin la necesaria evocación de conocimientos previos y sin la necesidad de razonamiento deductivo. Ante ello el aprendizaje escolar puede resultar comparativamente, falto de motivación.

Pero volviendo a los cambios internos del adolescente, en esta etapa de desarrollo se da la metamorfosis del niño en un futuro adulto.

• Los cambios corporales devienen en un cambio del esquema corporal conocido, en otro al que deben adaptarse. Se transforma la representación del espacio y el control tonicomotor.

• Esto repercute en la escolaridad, tanto a nivel de la ejecución de las tareas, por la escritura, trabajos manuales y apropiación del espacio, como de la comprensión y concentración.

• La preocupación por los cambios corporales que está viviendo influye también en sus procesos cognitivos.

• Conocerse y reconocerse en ese nuevo cuerpo, donde la sexualidad pasa a ser activa, provoca ansiedades y temores.

• Se reformulan a nivel inconsciente el vínculo con las figuras parentales y surge la necesidad de elección de un nuevo objeto de amor. Esto conlleva una definición a nivel sexual que provoca perturbación interior, ambivalencias e inseguridad que influyen en la concentración y en el aprendizaje.

• El cuerpo pasa a tener un rol relevante en la afectividad, surgen emociones que se expresan libremente en los diversos estados de ánimo cambiantes, o se reprimen, en algunos casos, expresándose a través de síntomas.

Desde el punto de vista de la evolución intelectual, tal como lo ha señalado Piaget, el adolescente va desarrollando el pensamiento formal, que le permite deducir conclusiones a partir de hipótesis sin recurrir a una observación real.

• Se desarrolla un tipo de pensamiento abstracto que hace posible la reflexión y el cuestionamiento de la información adquirida hasta el momento.

• Se conforman los criterios de pensamiento propios sobre las cosas, para lo cual es necesario des idealizar a los adultos referentes (padres, maestros, profesores, etc.).

• La rebeldía se hace presente y se trata de restablecer el sentimiento de seguridad que se ha perdido, cuando los saberes aceptados hasta el momento se ponen en duda, surge la crítica exacerbada, se desecha lo conocido, lo cual posteriormente se vuelve a aceptar, modificado como un ideal propio.

• Esto se expresa a través de sentimientos de oposición, inseguridad, cambios de humor y de opiniones, agresividad en forma frecuente; lo cual genera conflictos en el entorno familiar, en el ámbito estudiantil y a veces también entre pares, lo que puede llegar a provocar sentimientos de pérdida y de desvalorización en el adolescente.

Este proceso que comienza con la adolescencia y se va a dar a través de distintos momentos, culmina en la etapa adulta.

Sería favorable para el adolescente que estas variables internas se desarrollaran en un ámbito familiar favorable y contenedor.

Actualmente en la sociedad, se sufren variaciones profundas en cuanto al pensamiento y las ideas que denotan ambivalencia en cuanto a valores, a lo permitido y lo no permitido, lo cual lleva a que no solo en lo interno, sino también el mundo externo del adolescente sea fluctuante.

A través de la historia, los cambios sociales se han sucedido en forma ininterrumpida, y esto puede no ser una variable característica de nuestro tiempo, pero en las últimas décadas los mismos se han acelerado, junto con los cambios tecnológicos y sociopolíticos, sin dar demasiado espacio a la adaptación de las personas e influyendo también en la estructura familiar.

Es importante que el núcleo familiar del adolescente sea un lugar de sostén afectivo, un entorno con roles definidos y donde se sienta valorado.

Pero muchas veces a nivel familiar los roles cambian, las estructuras familiares se modifican por las separaciones conyugales. La estructura familiar puede pasar a ser monoparental, o a formarse nuevas parejas que conllevan la unión de familias ensambladas.

En algunos hogares los espacios físicos que se compartían sufren variantes, o se pierden espacios.

Los roles son más indefinidos, o se definen nuevos roles dentro de la familia.

Las figuras parentales pueden ser vistas por el adolescente como más vulnerables, debido a situaciones conflictivas que los afectan (laborales, económicas, afectivas, etc.) que muchas veces no logran ser referentes fuertes y seguros, de los cuales el adolescente pueda recibir apoyo y límites firmes, precisos.

En cuanto a los grupos de pares, adquieren mayor relevancia en esta etapa convirtiéndose en referentes grupales. Ser aceptado, implicarse en el grupo, pasa a ser muy importante para los adolescentes, muchas veces más importante que el aprendizaje.

Surgen liderazgos que pasan a ser referentes dentro del grupo de pares. La influencia positiva o negativa de este liderazgo y del grupo en su afectividad, dependerá de la fortaleza o la debilidad de cada uno, del valor de la autoestima y de la fortaleza de los vínculos a nivel familiar.

El bajo rendimiento en secundaria, las excesivas inasistencias y los problemas de conductas, pueden responder a los motivos antes citados; se relacionan con estados emocionales de esta etapa de desarrollo y en algunos casos a síntomas depresivos que a veces no aparentan ser tales.

El surgimiento de un embarazo adolescente puede ser otro factor que determine la deserción liceal.

Las repeticiones de año en los primeros años de Ciclo Básico, pueden relacionarse con múltiples situaciones, entre ellas se destacan: las dificultades específicas de aprendizaje, nivel intelectual bajo y el nivel de información que recibe del entorno; pero también influyen la falta de expectativas, la valoración que se le transmite sobre el aprendizaje y el saber, en su ámbito más cercano, de parte de los adultos referentes, tanto padres como profesores.

Por otra parte en la etapa final de secundaria se detectan casos de rendimiento insuficiente, precedido de una buena escolaridad. Esto podía deberse a las resistencias, frente al mundo adulto que se percibe con incertidumbre e inseguridad; o también la inminente toma de decisiones para el futuro que genera temor.

En síntesis, podemos concluir, que el fracaso o el éxito liceal en la adolescencia, dependen de un conjunto de factores y de la interacción entre ellos, tales como: nivel intelectual, medio socio-cultural, aspectos emocionales personales, el medio familiar del cual dependerán los intercambios afectivos, la calidad de los vínculos y el clima propicio para el desarrollo.

Las condiciones para una buena escolaridad son múltiples, pero están esencialmente marcadas por la situación del joven y de su entorno, para reaccionar favorablemente ante los cambios de esta etapa de desarrollo.

Es importante aclarar que existen estudios socio-políticos que responden al fracaso escolar desde otras ópticas, que analizan a las instituciones y las reformas educativas a realizar; sin embargo los aspectos que se exponen aquí, provienen de una mirada desde una perspectiva psicológica, de las dificultades del aprendizaje en la etapa de desarrollo adolescente.

 

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