Homenaje al Dr. Julio Spiess Blanco

Han pasado 6 meses de la brusca e inesperada desaparición física de nuestro querido Director General, líder institucional y amigo personal, Dr. Julio Spiess.

No fue fácil recuperar el aliento, asimilar el duro golpe y continuar el camino trazado para nuestro querido SMI, con una dinámica laboral y de gestión que no admite rezagos.

Y levantarnos como Lázaro en la cita bíblica, fue posible gracias a la fe en la visión de nuestro proyecto organizacional, en nuestro plan estratégico de desarrollo y en la selección de las personas que a través de diversos equipos de trabajo hacen posible este servicio.

Julio no esperaría menos de nosotros, del equipo que él formó.

Pero hoy queremos recordar al hombre, al médico y al gestor.

Desde su ingreso a SMI, en abril de 1980, con 32 años de edad, Julio Spiess Internista muy capaz, se destacó como médico por su idoneidad técnica, capacidad resolutiva y calidez en el trato con sus pacientes. Provisto a la vez de un carácter enérgico, acompañado de complexión robusta y potente voz, atributos que impedían que pasara desapercibido en el ámbito laboral. Y así fue que comenzó a liderar el gremio médico de la Institución, aportando con sus preclaras ideas las bases para la consolidación de una institución que años más tarde le depararía ocupar el más destacado sitial por más de 20 años consecutivos.

Pero estos atributos que Julio puso en un 100% al servicio de SMI, no disimulaban al hombre común, nostalgioso de su infancia y juventud en el barrio Brazo Oriental, con un rico y cariñoso anecdotario vinculado al Club Albatros, a los deportes, la pasión por los autos. Agradecido de la formación que sus padres le brindaron y a los códigos de lealtad y responsabilidad inculcados, que el mantendría para con sus hermanas, amigos, estudio, trabajo, esposa e hijos.

Como Director General, comando brillantemente la institución desde 1998 hasta su fallecimiento, con equilibrio en las finanzas, ideas renovadoras y audacia en los emprendimientos, pero por sobre todo su determinación total.

Defensor de la fuente de trabajo comprometida con la calidad asistencial, supo cosechar con gratitud múltiples reconocimientos en lo interno y externo a la institución.

Hasta el día de hoy conservamos un reconocimiento escrito dirigido a su persona, que en forma agradecida le reconocía haber dirigido la institución en momentos muy difíciles, con mano de hierro pero con guante de seda.

Nada más acertado para definir al hombre y al gestor en pocas frases.

Julio supo sortear múltiples afecciones, incluso el mismo cáncer que le costaría la pérdida de un riñón, sin abdicar un instante en su trabajo y proyectos.

La muerte lo encuentra planificando para finales de este año la inauguración de una obra tan auspiciosa como anhelada, la construcción y ampliación del sanatorio con 10.000 m2 más de superficie, 10 plantas que incluyen 8 pisos de sanatorio, un piso para una nueva, moderna y amplia emergencia en planta baja y un subsuelo para imagenología, sumado a un nuevo servicio odontológico para los afiliados fonasa, y otros varios proyectos de remodelación y reorganización de la sede centro en la calle mercedes.

Quienes recibimos tu legado y continuamos en el camino... sabremos cumplir.

Descansa en paz.

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