Julio Cobelli, maestro de la guitarra

Creció escuchando a su padre tocar la guitarra. Él creía que no le interesaba pero bastó con aprender tres tonos para no parar nunca más. A los 16 años acompañaba a figuras del tango nacional y argentino, a los 18 era guitarrista de Zitarrosa, tocó con Roberto Grela, considerado el mejor guitarrista de tango, recorrió el mundo, y ahora, cincuenta años después de aquella primera vez, es referente para los músicos más jóvenes.

¿Naciste en Montevideo o en Durazno?
El nacido en Durazno era mi papá. Mi papa se llamaba Floro Cobelli, tocaba la guitarra y cantaba. Trabajaba en una fábrica textil, no tenía nada que ver con la música pero se dedicó toda su vida a tocar y cantar, además del trabajo. Yo nací en la Curva de Maroñas, el 22 de abril de 1952, o sea que ya cumplí 63 años. Mi papá le daba clases de guitarra a un señor, yo tenía 10 o 11 años, y mi papá me llevaba con él. Como niño me daba cuenta que el señor no aprendía...o por lo menos es lo que recuerdo ahora de lo que me parecía en ese momento.
A mí no me gustaba la guitarra - yo pensaba que no me gustaba pero se ve que lo traía- Allá cuando tenía como 13 o 14 años, un día en Pando, donde vivía un hermano de mi papá, mi tío Angelito, tenía un rancho que hacían comidas, esas cosas que se estilaban mucho en esa época, y mi papá me llevó. Y así como te cuento, así fue: mi papá cansado de que a no me interesaba la guitarra, me pone la guitarra y me enseña tres tonos, estos tres dedos, era un valsecito y ese día salí tocando eso. Tres tonos que toqué todo el día porque era una novedad y a partir de ahí no paré más, mi papá me empezó a enseñar.
Ahí tomé el gusto por la guitarra y por la música. Aprendí como tantos guitarristas, que te puedo nombrar una lista muy amplia, que tocaban de oído, de memoria, de oficio. Fui aprendiendo así, después me mandaron a otra persona y empecé a tocar con uno y con otros.


¿Qué tocaba tu padre?
Milongas, valses, estilos, Gardel cantaba estilos, cifras, que se combinaba siempre con milongas, huellas. No tangos porque mi papá no estaba dentro del tango. Eso era lo que se tocaba.
Fijate que interesante lo que te voy a contar: yo tenía 13 o 14 años- ya estaba tocando algunas cosas con mi papá- escuchábamos en la radio un cantor que era muy famoso, que era Alfredo Zitarrosa. Como en esas épocas la televisión era muy nuevita, no sabíamos cómo era la cara del cantaba, no es como ahora, entonces lo escuchábamos y en la imaginación se imaginaba que por su voz era un hombre flaco, alto, no teníamos idea de cómo era, para saber teníamos que comprar un disco para ver la cara. Otra época. Y yo empecé a tocar con uno y con otro y fijate que ya en el año 70 estaba tocando con Alfredo Zitarrosa. Tenía 18 años y ya estaba tocando con Alfredo Zitarrosa. En el 65, 66 lo escuchaba y en el 70 estaba tocando con él.
Pero antes de eso fuiste a tomar clases con un payador y tengo entendido que en un determinado momento se negó a seguir enseñándote.
Esa es una anécdota muy interesante. Mi papá era amigo del payador Walter Apesetche, él no daba clases pero como mi papá era muy amigo le dijo que me mandara. Y me enseñó a tocar con la púa. A los dos o tres meses un día me dice "decile a tu papá que venga que tengo que hablar con él"


¿Y vos qué pensaste? "¿Qué hice?"
En esas épocas....no es como hoy, en esa época era...yo le conté a mi papá, me preguntó si había pasado algo y yo no sabía. Fuimos juntos a la casa y cuando pasa le dice "mire, a su hijo no le voy a enseñar más, yo le estoy robando la plata a usted, él toca más que yo". Y a partir de ahí empecé a tocar con él y con otros y a raíz de eso grabamos un disco, ese disco lo escuchó Hilario Pérez, que era guitarrista de Zitarrosa, que me viene a buscar y ahí empecé a tocar con él.
Pero yo en ese ínterin ya había acompañado a muchas cantantes de tango y de folclore, o sea que mi nombre ya estaba sonando


Eras un adolescente ¿qué hacías además de tocar la guitarra?
Tocaba la guitarra. Había estado estudiando pero dejé por la música. Estudiaba secretariado comercial, taquigrafía, todas esas cosas. Lo dejé por la música y no estoy arrepentido para nada.
En ese ínterin que te decía, había lugares nocturnos, en Cuareim y Carlos Gardel estaba La Cumparsita y en Yaguarón y Carlos Gardel había otro lugar que llamaba Cafetín de Antaño, ahí venían todas las figuras de tango y yo tocaba con 16, 17 años.
Aprendí mucho y además en la juventud lo que escuchás te queda, yo toco de memoria de toda mi vida, si me puedo preciar de algo es de la buena memoria y más para la música, porque es a lo que me dedico. Yo si tuviera tocar hoy arreglos de la época con Zitarrosa en el 84, voy y lo toco, porque me acuerdo.


Tu padre estaba fascinado...
Sí, y tocaba con mi papá también. En turismo se juntaban esas sociedades de gente mayor, que alquilaban un camión e iban para afuera, entonces pasábamos la semana y tocabas, y comías...


¿Tu mamá estaba presente en la adolescencia?
Sí, está todavía, tiene 84 años y está mejor que yo.


¿Y qué decía de todo eso de ir a tocar en boliches y de dejar de estudiar? Porque en definitiva eras un adolescente
Bueno, mi madre a veces me decía ‘'mirá, mijo, si hubiera sido por mí te hubieras dedicado a estudiar y a trabajar de otra cosa pero tu padre te llevó con la música'' (risas)...esas cosas de las madres. Pero yo le decía que con la guitarra he tenido la suerte de conocer muchos lugares, he viajado mucho... he viajado, he conocido, he pasado bien y, todavía, me han pagado. Entonces le digo que con el estudio tal vez no lo hubiera hecho...no lo sé.


Vos empezaste a tocar en una época que en realidad el tango había quedado medio relegado. Plenitud de los años 60, con los Beatles, el rock...
El Club del Clan...sí pero acá en Montevideo había muchas peñas, había más trabajo. Era tango y folclore. Venían muchos cantantes argentinos y muchos cantante de acá, yo tuve la suerte de acompañarlos a todos, gente grande ya...hoy hay mucha juventud en el tango pero en aquella época. Yo tenía 17, 18 años y había gente que cantaba tenía 50 años. Yo empecé a tocar la guitarra en una época donde había guitarristas de mucha edad, yo era la nueva camada, de aquella época soy prácticamente el más joven. Entonces agarré la época de algunos que se iban y había alguna gente joven, que eran los menos. En la actualidad soy como un referente para la muchachada joven, que tocan jazz, rock y yo les enseño a tocar tango y tocan conmigo. Como el Guzmán Mendaro, el Poly Rodríguez, Nicolás Ibarburu.
Hoy sigo acompañando a Olga Delgrossi, que ya pasó los 80 y sigue cantando. Pero sí, el tango ahora está más de moda que en esa época.


Sí, ahora hay una movida tanguera muy fuerte.
También por la parte del baile, en esas épocas también pero había más espacio para la música y el canto. Ahora la mayoría es solo baile, que eso ha arrimado mucho a la gente joven. Hay un dicho que dice ´´el tango te espera´ porque si no te gusta a los 20, 30, te va a gustar a los 40 o 50 pero hoy en día hay gente joven que le gusta el tango. El baile ha concentrado mucha gente, el tango está de moda pero no tiene el rating-no sé si es la palabra exacta-que tienen otros géneros. Yo siempre digo que si tocara cumbia ganaría mucho más plata pero yo toco lo que sé y lo que me gusta.


Contame la primera vez que viste a Zitarrosa, cuando ya ibas a tocar con el hombre que escuchabas años atrás en la radio.
Ah, fue una responsabilidad muy grande. El primer ensayo era conocerlo personalmente y era todo un acontecimiento y además, al empezar a tocar con él, se te habría todo otro campo de promoción. Hasta hoy yo voy a tocar a muchos lugares y me dicen "el guitarrista de Zitarrosa". Pero también he tocado con Roberto Grela, el guitarrista más grande de tango de toda la historia, toqué y grabé con él, con Mario Nuñez, el referente más importante de la guitarra de este país, pero bueno, acompañar en ese momento a Zitarrosa que estaba en pleno auge, en plena fama, era una responsabilidad pero tuve la suerte que lo pude hacer bien. Creo que una de las cosas que me puede haber ayudado era que con 18 años hay cosas que no les tenés miedo.


La inconsciencia de la adolescencia...
Claro, no les tenés miedo. Entonces yo decía que tocaba con Zitarrosa y la gente no lo podía creer y para mí era lo más común. Ensayábamos todos los días, hacíamos carnaval. En esa época entre grupo o grupo ponían algún cantante para la espera del grupo que venía, no era el caso de Zitarrosa, Zitarrosa iba como cierre de la noche. Yo creo que después cuando él volvió ya en el 84, que me volvió a convocar para tocar como primera guitarra, como arreglador del conjunto, ahí sentía mucha más la responsabilidad de hacer arreglos.


Era la vuelta esperada ¿no? ¿Durante el tiempo que estuvo en el exilio tuviste información de él?
Bueno, alguna, por gente muy cercana pero acá por esas épocas no se sabía mucho. El regreso fue importantísimo, tocar en el estadio Centenario....eran todas cosas nuevas pero yo creo que era más responsable que cuando tenía 18 años, que no era que no era responsable, pero ahora lo veía desde otro lugar. Un Zitarrosa que tenia algunos años más, como decía él "algunos cigarros más", algún whisky más, y ese tiempo fuera del país...él contaba que en el exilio escribió muy pocas canciones, una de ellas fue Stefanie, Guitarra Negra, después prácticamente ninguna. Stefani es un éxito, sigue siendo un éxito.


Tuvieron que reconocerse como músicos. Porque en ese tiempo vos también habías crecido...
Claro, había aprendido mucho más. Él me decía "¿Julito, cómo estás tocando?", "lo vas a ver", le decía yo. A raíz que yo tenía amistad con el suegro de él, me llamaron para reunirme en la casa cuando él llegó y, bueno, en esa reunión yo llevé la guitarra y estuvimos tocando algo juntos y tratando de revivir esas cosas que habían pasado hacía mucho tiempo y ahí nos reenganchamos.


¿Cómo era tu primer guitarra? La primera que tuviste tuya, personal.
Mi papá me compró una guitarra que hoy no sé dónde está. Una guitarra Sanchordi...en aquellos años para mí era "la" guitarra. Después con el tiempo tuve otra. Pero la Sanchordi fue la primera que mi padre me compró para tocar con él, no era de las más caras, era muy común pero valía una plata que en esas épocas era cara.

¿Se genera un vínculo especial con el instrumento, no?
Sí, yo ahora tengo varias guitarras, por suerte, pero siempre hay uno que es la Santurión que es la que toco más seguido. Le tengo un cariño especial, me responde más que las otras...la tengo más en mi cabeza. He tocado con las otras y he grabado pero la Santurión...


¿Nunca aprendiste a leer música?
No


¿Nunca quisiste?
Resulta que la mayoría de los guitarristas que tocamos en este estilo de acompañar a cantante o tocar instrumental aprenden el oficio, entonces en un grupo si uno lee y escribe y los demás no, no se puede. Yo podía haber aprendido para mí, para saber cómo se escribe una nota. Algunos amigos me han dicho "si te dedicás a aprender tenés que olvidarte de lo que hacés para empezar de nuevo"...porque son cosas distintas. En la práctica es una cosa. Yo tengo un alumno que viene de Paysandú, que escribe mis arreglos y me dice "qué interesante, maestro, acá usted está poniendo una novena, una oncena, este re acá, mire qué interesante lo que inventó" y yo le digo "sos vos el que sabés, yo ni me entero, toco".


¿Cuál es el proceso para hacer los arreglos?
Primero conocer el género de los que estás tocando, sea milonga, chamarrita, tango, candombe. Cuando es un tema instrumental uno le pude hacer un arreglo que puede diferir un poco del original en alguna parte, es una creación del momento, se te ocurre y probás, un cambio de tono. Cuando hacés un arreglo de un tema con letra lo que se tiene que ver es qué dice esa letra porque si habla de algo triste o melancólico no podés hacer algo alegre, tiene que ser acorde a lo que dice. Eso parece muy simple cuando uno lo dice pero cuando estés en la situación...pasa con los tangos, cuando acompañas con una guitarra, con dos, tres o cuatro, tenés que ver cómo es el tango. Una cosa es Cambalache, que es una cosa bastante cómica, y otra es un tango pasional, que cuenta una historia de amor. Es un arreglo de otra índole. Yo a veces le digo a los muchachos esto se acompaña de tal forma, a veces hay que pegarle un poco más fuerte en esa parte porque eso también indica algo trágico. A veces hay que pegarle muy fuerte, a veces muy suave, y a veces no hay que tocar.


¿El silencio también forma parte, también dice?
Si, totalmente.


¿Qué pasa cuando no te gusta un tema que tenés que hacerle un arreglo? Porque estamos hablando de un arte, una creación pero es tu trabajo.
Cuando pasa eso, que no es de tu gusto totalmente, porque a uno no le gustan todas las canciones tenés que hacerlo porque es un trabajo, uno trata de poner lo mejor. Y a veces no depende tanto del tema sino de quien lo va a cantar, que tampoco te gusta (risas) Y sí, la verdad. Porque también depende, hay cantantes que si vos le hacés arreglos un poco complicado no lo pueden cantar Yo me acuerdo...hace un rato te decía que había grabado con Roberto Grela, un guitarrista de los más grandes del tango, que cuando grabé con él en Argentina con un cantante que es amigo, Alfredo Sadi, un gran cantante de tango y gran guitarrista, me decía "Roberto Grela los tangos feos los hace lindos'' y es verdad, yo he comprobado eso, hay tangos que no son tan lindos pero a veces les pones algún arreglo que lo hacés más lindo. Porque también hay que ponerle un poco de corazón, no solo por el hecho de trabajo, más allá de que es un trabajo, yo lo hago con cariño.


¿Te ha pasado de negarte, de que te convoquen para acompañar a alguien y decir no?
Sí, hay gente que no acompaño, hay gente que no acompaño. Como dicen los hoteles, me reservo el derecho de admisión. Hay que gente que no acompaño ni por plata porque depende de varias cosas, a veces hay gente que dice que es interesante grabar con Cobelli porque es conocido pero uno tiene que cuidar eso que a uno le ha costado, le ha costado llegar a donde está. ¿Dónde estoy? bueno, dentro de la música...capaz económicamente no estoy donde debería estar pero sí estoy en la consideración de la gente y de los colegas, o de la mayoría, y más de la gente joven que me tiene como un referente. Entonces eso hay que cuidarlo porque si no terminás siendo alguien que porque le pagan...hay gente que me dice "mire le puedo pagar tanto" y no, no toco. No lo hago.


Recién hablabas del reconocimiento de los colegas, sobre todo de los jóvenes ¿te sentís más valorado por las nuevas generaciones?
Sí, increíblemente sí. Porque me lo han demostrado, fijate que he tocado con Hereford en el Plaza con 2 mil chiquilines pensando que me iban a gritar no sé qué y me gritaban "arriba Cobelli, arriba Zitarrosa" y no lo podía creer. Cuando fui la segunda vez llegué y me decían "maestro", "usted es que el tocó la otra noche". He tocado con el Congo también. Uno a veces piensa que la gente joven, que en algún caso debe ser así, que no le da bolilla a lo que uno hace porque el tango, la milonga, no es lo que tiene más rating. He grabado ahora con Guzmán y Spuntone, en el nuevo disco El Refugio, que salió ahora, y me dan una preponderancia increíble. Me llamó Laura Canoura que no es una cantante exclusiva de tango, hicimos una Zitarrosa ella y yo, solos, lleno. Vos decís Laura no es tan joven pero es mucho más joven que yo. Y los muchachos que hemos tocado todos me valoran, y me llaman "maestro, a ver cuando hacemos esto", "un gusto que esté con nosotros", cosa que no pasa tanto el artista más grande, algunos sí pero no todos. A veces yo creo que los reconocimientos llegan tarde, hace poco me entregaron el premio Mattos Rodríguez en la Sala Zitarrosa, me entregaron el Aurea, y el 28 de noviembre me entregan el Morosoli. Yo hace poco decía en la Zitarrosa, me están dando premios puede ser por varias razones: una, que me esté por morir (risas) o realmente hay un reconocimiento en lo que hacés.
Yo soy referente de los muchachos y soy el único que les pasa las cosas...hay gente que me dice "pero maestro, usted le está enseñando a los muchachos jóvenes y después ellos van a trabajar más que usted", no importa, ese otro tema, ellos pueden trabajar muy bien, yo también trabajo, no importa, pero ellos lo primero que hacen cuando van a tocar es decir "esto me lo pasó Cobelli". El Poly a veces me dice "mire maestro, esto se lo robe a usted", ta bárbaro, a mi no me robaste nada o me copian cosas y eso también te reconforta, es lindo. Yo estoy haciendo algo que no lo hicieron conmigo, cuando yo empecé las cosas te las mostraban una vez y tenías que aprender: no había filmadoras para llevártelo, tenías que verlo y aprenderlo ahí. Eso te agiliza la memoria, es un arma que tenés que aprovechar, la memoria y la facilidad. Hoy los muchachos me dicen "a ver maestro cómo es esto", lo filman, lo ven en la casa, lo miran, "mañana me fijo y me acuerdo"...yo no podía hacerlo. La primera actuación con Zitarrosa, tocamos en un lugar que se llamaba La Canilla Loca, en Berastiquí y la rambla, en Punta Gorda. Ensayamos toda la tarde y a las 12 de la noche fuimos a tocar y todo eso que ensayé de tarde fui de noche y lo toqué, algunas cosas me habré olvidado pero la mayoría las toqué, hoy tienen otra facilidad. Para un espectáculo con Nicolás, con el Poly, con Guzmán les paso las partes y luego se las pasan, espués nos juntamos y ya todos vieron sus partes y lo juntamos. Es como un rompecabezas. Esto es una ventaja pero igual hay que trabajar y ensayar, la tecnología ayuda, pero las horas hay que dedicarlas igual.


¿Qué te gustaría hacer que no hiciste hasta ahora?

Dentro de la música he tocado no de todo pero dentro de lo que yo hago he grabado muchísimo. Me gusta lo que estoy haciendo ahora, tocar con estos muchachos jóvenes, preparar temas distintos, dentro del tango y folclore pero con alguna cosa más moderna. Estoy incursionando en grabar con esta gente dentro de la milonga pero apuntando a un poco más moderno, otro estilo dentro del mismo. No sé si es fácil entender pero es así. Es lo que más me gusta, seguir haciendo esto de la guitarra.


¿Alguna vez pensaste por qué no habré seguido estudiando secretariado comercial?

No, no. No nací para estar atrás de un mostrador. A pesar de que la música tiene unas exigencias difíciles, es difícil vivir de la música porque nunca sabés lo que ganás pero con los años pude llegar a tener mi casa, que tiene que ver con la música, mi autito para trasladarme, mis instrumentos, mi ropa. El hecho de dedicarse a la música es un paso importante yo lo hago hace muchísimos años pero le digo a los muchachos jóvenes que ellos lo ven difícil también, a pesar de que ellos tocan varias cosas y se manejan, ellos viven otra época que es más difícil pero también hay más apertura. No hay tantos lugares como antes que puedan pagarte decorosamente, hay muchos que pagan muy mal y de hecho yo no toco, no porque quiera ganar millones sino que creo que como todas las cosas tienen que tener precios razonables, el techo del Uruguay es muy bajo pero uno trata de valorar el trabajo que uno hace porque parece fácil pero no es, uno tiene que dedicarle horas a los ensayos, arreglos, a grabar.


¿Cómo te estructuras en ese sentido? ¿Ensayás determinada cantidad de horas en el día?
No, porque como tengo alumnos casi todo los días siempre estoy tocando a una hora o a la otra. A veces me preparo el mate y repaso alguna cosa, alguna parte, aunque normalmente las cosas que toco solo las hago en el momento, no las preparo antes.


¿Improvisás?
Lo improviso, yo improviso mucho. Hay cosa que hay que hacerlas fijas porque son de la estructura pero en las partes libres, las improviso. Eso no es fácil, ponés la mano y algo sale. Viste que a veces la gente critica "mirá esta parte no le salió bien" pero hay que estar ahí (risas) Aparte es más responsabilidad cuando ya tenés muchos años y te conocen, no es que yo tenga que deslumbrar a nadie sino que tengo que mantener un nivel, siempre lo mejor que pueda, no por ustedes, por mí. Hoy con la tecnología ponés en Youtube "guitarristas buenos de tango" y hay varios. En Argentina el mejor es Hugo Ribas, que he tenido la suerte de tocar con él, es el mejor, por lo menos para mí, entonces hoy la muchachada que uno le puede enseñar cosas si le pasás algo muy básico pone en Youtube y ve a Hugo Ribas...hay una competencia con uno mismo. No es cuestión de decir "ya llegué", cuando vos crees que llegaste, no llegaste a nada. Ahí es lo peor porque te quedás, todos los días estás aprendiendo.
A veces se me ocurren cosas distintas o todos los días estás escuchando cosas distintas, a veces pongo cosas en Youtube de Grela y digo "mirá este arreglo" y de repente es del año 80 pero es interesante. Yo con él aprendí muchísimo, en 10 días me abrió la cabeza, aprendí cosas que estoy aplicando acá hoy que todavía hay gente que no lo hace y como tengo buena memoria me acuerdo, siempre tenés que estar medio en el ruido de la moda, saber cómo se está tocando, no es que tenga que cambiar por la moda porque uno tiene su estilo.


¿Cómo definís el tuyo?

Yo tengo mi sonido, que es una cosa particular de cada uno, depende de cómo atacás la nota. Es una cosa personal, hay que gente que toca muy bien y no tiene buen sonido, hay otros que tiene buen sonido y tocan más o menos. Hay otros que son buenos solistas y no con grupos de guitarra. Yo grabo con un cantante una milonga que tenga que ver con Zitarrosa o algo parecido y mi cabeza va a un arreglo que tenga que ver con eso, algo que tenga que ver con ese estilo, te queda. Lo tenés impregnado, yo no lo quiero hacer como lo hacía con Zitarrosa pero te sale, tenés el sonido, la forma. Es una cosa que te la pasó él. El que lo escucha dice "ese es Cobelli".


¿Cómo te vinculaste al SMI?
Hace muchos años que soy socio. Yo soy viudo y con mi señora en ese momento nos gustó, nos hicimos socios. Siempre fuimos muy bien atendidos y con el tiempo por el hecho de la música- mi señora cantaba- empezás a hablar con uno o con otro y a veces vas a ver un médico y empezás a hablar y comentás, aunque vayas porque te duele la pierna, hablas de la música (risas). Durante tantos años he hecho amistad con varios médicos, siempre fuimos muy bien atendidos. Mi esposa falleció pero yo sigo socio, somos muchos miles de socios. Para mí es todo un honor estar en la revista del SMI.

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