Obesidad infantil

Escribe Analia Pagés, Licenciada en Nutrición

Los malos hábitos adquiridos durante la infancia pueden producir consecuencias graves en el niño.

Algunas de estas consecuencias pueden ser la diabetes mellitus tipo 2 , problemas ortopédicos (pies, huesos), hipertensión arterial, colesterol, desánimo, cansancio, depresión, decaimiento, Apnea del sueño.
Los niños inclusive pueden sufrir de trastornos psicológicos debido a las bromas, la imitación o el rechazo por parte de sus compañeros.  Dificultades para desarrollar algún deporte u otro ejercicio físico debido a la dificultad para respirar y al cansancio.

Si no se trata a tiempo la obesidad y persiste en la adolescencia, se arrastrará hasta la edad adulta, y para ese momento será más difícil mantener un peso adecuado.

Muchas veces los padres no tratan al niño que sufre de obesidad infantil porque creen que el niño dejará de serlo sin tratamiento al llegar a la edad adulta; sin embargo la realidad es diferente.

A mayor tiempo que el niño tenga el sobrepeso, mayor la probabilidad de que este estado continúe hacia la adolescencia y la etapa del adulto.

La baja autoestima es común en niños con sobrepeso. Al ser marginados se puede desarrollar la bulimia, la anorexia, la depresión,  llevarles a tener hábitos extremos.

En los niños igual que en el adulto, el depósito de grasa se produce solamente cuando la ingesta de energía excede los requerimientos.
La causa más importante de la obesidad infantil, es la ingesta excesiva de grasas y azúcares (simples y complejos). Además de este exceso de nutrientes existe un desequilibrio en el gasto energético, ya que, por lo general son niños sedentarios que no gastan suficiente energía al día lo que produce que esa energía se deposite en grasa en el cuerpo.

La conducta alimentaria será determinante en el proceso de aumento de peso. El niño por lo general comerá de forma acelerada, lo que aumenta la probabilidad de incrementar el peso. Inclusive son niños que comen aún cuando han alcanzado la saciedad.


Otros factores que pueden desencadenar la obesidad son:

  • Factores hereditarios. Se ha demostrado una cierta relación familiar. El riesgo de llegar a ser obeso aumenta cuando los miembros de la familia son obesos. Sin embargo, aunque se sabe que existe ese factor genético que predispone a la obesidad, también se sabe que, el niño que tiene padres con sobrepeso repetirá patrones alimentarios inadecuados que hará que sufra también de sobrepeso.
  • Factores Hormonales. Algunos desordenes hormonales se han relacionado con la obesidad, dentro de esas hormonas están: Insulina, Hormona del crecimiento, leptina, hormonas esteroideas y las hormonas tiroideas.
  • Factores Psicosociales y ambientales. Es probable que si niño come por ansiedad sea porque existe un problema familiar de fondo (desunión familiar, o que el cuidado del niño sea por una persona agena al nucleo familiar o familiares que no desean marcar limites). Inclusive puede ser que el niño presente problemas en su centro educativo que lo hagan sufrir de ansiedad. También ocurre que los padres suelen sobrealimentar a sus hijos como una forma de disipar sus culpas. Se ha visto que los padres obesos sirven raciones mayores que las madres no obesas.


Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización para la agricultura y los alimentos (FAO) una alimentación rica en grasas y azúcares, porciones grandes de alimentos y bajo consumo de hortalizas, frutas y fibra en general; sumado al sedentarismo, es lo que da origen a esta epidemia mundial que no discrimina por sexo, edades ni nivel socioeconómico.

Por lo que el tratamiento básicamente consiste en cambios de conducta en la alimentación y actividad física.

Sin embargo, es importante que el tratamiento de la obesidad infantil lo trate primeramente con un profesional de la salud que le adecue al niño una dieta balanceada, de acuerdo a la edad del niño, sexo, estatura y no ponga en riesgo la salud del niño pero sobretodo su crecimiento y desarrollo. 

  • Las recomendaciones para niños mayores de 2 años son las mismas que para los adultos: no más de 30% de las calorías totales diarias proveniente de grasas. La alimentación del niño obeso debe incluir las necesidades nutricionales para el crecimiento. No se debe restringir ningún nutriente ya que esto comprometerá su salud.
  • En el tratamiento de la obesidad infantil los cambios deben de ir enfocados a evitar comidas con excesiva cantidad de grasas, azúcares y se debe evitar las calorías vacías (que no aportan ningún nutriente importante).
  • La meta será, por lo tanto, escoger alimentos frescos como frutas y vegetales, alimentos integrales, carnes bajas en grasa, entre otros.
  • Se debe hacer un cambio progresivo en relación a los hábitos alimentarios (orden y distribución de las comidas, tamaño de las porciones, etc.).
  • Se deben hacer todos los tiempos de comida. Hasta 6 al día. Desayuno, merienda en la mañana o colacion , Almuerzo , merienda de la tarde y cena. Por ninguna razón elimine en su hijo las 3 comidas principales, desayuno, Almuerzo, merienda y cena.
  • El tratamiento de la obesidad infantil debe ser una tarea que implique un trabajo conjunto con el profesional de salud y toda la familia, ya que el tratamiento se basa en la modificación de los estilos de vida, lo que implica la alteración de sus hábitos alimentarios y físicos.
  • Se debe trabajar también con la conducta específicamente el autocontrol. Esto será clave para que la dieta surta efecto, por lo que los estímulos que éste reciba serán determinantes en su proceso de cambio.

Dígale al niño lo mucho que lo aprecia tal como es, como es importante para su salud mejorar el peso, recálquele los aspectos positivos que va logrando cada vez y estimúlelo y apóyelo en cada cambio que deba hacer.Para el profesional de la salud será importante conocer los hábitos alimentares y conductuales del niño y de la familia. Saber cuanto comen, con que frecuencia, el ejercicio que realizan, entre otros. A partir de eso se puede detectar mejor lo que provoca la obesidad del niño. 

Para estimular la actividad física en su niño, debe buscar actividades atractivas e interesantes para ellos,el futbol, la natación ,baile, el ballet por lo general suelen gustarles, y si lo hacen en grupo será más fácil para ellos continuarla.
Sin embargo, si el niño es muy sedentario y le cuesta mucho el ejercicio, debe empezarse con alguna actividad más tranquila de manera que el niño no se asuste o se canse y al final lo rechace. 

Puede promocionar movimiento en las actividades cotidianas para ir alejándose del sedentarismo poco a poco, hasta que el niño lo transforme en hábito y lo pueda mantener en el tiempo.

Cuanto antes se trate el problema de sobrepeso en el niño, mejor será el resultado. El tratamiento solo será efectivo si el niño cuenta con el apoyo y el estímulo de su familia.

Lo más sencillo para empezar el tratamiento es  iniciar cambiando las opciones de la heladera y o despensa por opciones saludables. Por ejemplo, evite comprar las golosinas, snacks, bebidas gaseosas, manteca, mayonesa, chocholate. En cambio, tenga a la mano muchas opciones de frutas y galletas bajas en grasa o integrales.

Cocine con poca grasa y siempre con aceite en crudo.

En años anteriores, un niño con sobrepeso era considerado sano. Actualmente, este concepto ha cambiado y la obesidad es un signo de enfermedad. Según investigadores europeos, aproximadamente un 80% de los niños y adolescentes obesos lo seguirán siendo en la edad adulta.


Analia Pagés
Licenciada en Nutrición

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