Porqué consultar con un psiquiatra

Dr. Pablo Trelles
Psiquiatra

A pesar algunos detractores que tiene nuestra especialidad (que se expresan por minorías y posturas anti médicas, naturalistas, alternativas, etc.) el incremento de las consultas psiquiátricas sigue siendo sostenido y significativo.


El cambio de paradigma.

Años atrás las enfermedades mentales se clasificaban en categorías casi inmutables. Las patologías se diagnosticaban en función de consensos y se los encasillaba de modo que los trastornos se clasificaban o agrupaban en cinco grandes grupos:

1. Las psicosis, que constituían y constituyen los cuadros más graves, caracterizados por la alienación y el delirio (esquizofrenia, paranoia, etc.)
2. Las neurosis, hoy englobados en los denominados trastornos de angustia, que abarcan las fobias, los trastornos obsesivos- compulsivos, la ansiedad generalizada, etc.
3. Las perturbaciones de los estados de ánimo (depresión, trastorno bipolar).
4. Los trastornos de la personalidad (antes llamados "caracteropatias"), que son modos de pensar, sentir y actuar de un modo fijo y a largo plazo que generan malestar a la persona y a quienes les rodea. De ese modo se definen los trastornos histriónicos, límite, narcisista, antisocial, etc.
5. Las demencias (deterioro psico-intelectual progresivo e irreversible).

Sin embargo, estas categorías no son inamovibles. Hoy en día, con los aportes de la neurobiologia, las ciencias de la conducta, las ciencias sociales y muchas otras vertientes, conocemos complejos síndromáticos en donde pueden coexistir varias de las categorías mencionadas o transiciones de una a otra. Los factores de riesgo genético, la influencia de los rasgos familiares, la coexistencia (comorbilidad) de dos o más trastornos, la evolución (aguda, subaguda o crónica de los mismos, han introducido una mirada dimensional y por lo tanto no restrictiva como la anterior.

Esta perspectiva sirve para entender mejor los procesos que vienen de la mano de intensos y profundos cambios culturales, sociales y biológicos de nuestro tiempo que incluyen: la masificación del consumo de drogas y alcohol, la desorganización familiar y los cambios sociales, la aparición de nuevas tecnologías y su incidencia en la vida cotidiana, el aumento de los accidentes, la prolongación de la expectativa de vida y un sinfín de cambios desde los últimos 25 años a esta parte.

Pero fundamentalmente debemos pensar que hoy existe un mayor conocimiento de la enfermedad mental y de sus múltiples causas.

Los diversos cuadros clínicos se solapan y ello determina por ejemplo que veamos personas con depresiones crónicas relacionadas a trastornos de estrés pos-traumático y/o crisis de pánico. O que una persona desencadene un trastorno bipolar desde su vulnerabilidad genética y por el consumo abusivo de drogas. O el incremento de ciertos trastornos (cuadros de ansiedad) que son la expresión de otras patologías de fondo, mediadas por ingentes estresores psicosociales.

La mayor cantidad de consultas hoy día tienen como motivo la angustia y la ansiedad, las crisis de pánico, la depresión leve a moderada, el insomnio, los trastornos relacionados al abuso de sustancias, entre otros.

La importancia de la consulta precoz estriba en que una intervención oportuna puede no sólo evitar el paso a la cronicidad sino también mejorar o, eventualmente curar la enfermedad.

Su médico de referencia está lo suficientemente capacitado como para entender lo que le sucede por lo cual es necesario que pueda transmitirle lo que experimenta.

Los médicos, en primer lugar somos los grandes "escuchadores" de los dolores físicos y morales. No lo olvide.

No puedo dejar de referirme, en esta breve comunicación a la defensa del quehacer médico y en particular el de mi especialidad, no sólo sustentado en la experiencia clínica sino también en el avance del conocimiento científico.

Esto ha llevado a prácticas farmacológicas cada vez más seguras y confiables y por lo tanto a mejores resultados.

Ud. no debe temer a la medicación prescrita, ni pensar en que por recibirla se va a convertir en una persona adicta o dependiente.

Es la confianza médico-paciente el sustento de su mejoría, así padezca Ud. una enfermedad grave o un trastorno menor.

Es necesario saber también que la medicación combate los síntomas pero no sus causas y que los mejores resultados se obtienen cuando se asocian tratamientos psicoterapéuticos (SMI cuenta con gran cantidad de técnicos especializados en ellos).

También recuerde que los médicos estamos entrenados desde nuestra formación en un antiguo concepto que dice: "Primum non nocere ": lo primero, no hacer daño.

Hasta la próxima.
Dr. Pablo Trelles

Imprimir contenido