Violencia en la infancia, otra pandemia
Dra. Sylvia Gamero Médico Legista
Dra. Andrea Moreno Médico Pediatra
Lic. Florencia Guinle Licenciada en Trabajo Social
El 13 marzo de 2020 marcó para nuestro país el comienzo de una emergencia sanitaria sin precedentes, que determinó importantes cambios a nivel personal, familiar, laboral y social.
Todos estos cambios, sumados a la incertidumbre acerca de la evolución de la pandemia generada por el nuevo Coronavirus han profundizado las dificultades en la detección y el abordaje de las situaciones de violencia en el ámbito familiar.
Los niños, niñas y adolescentes constituyen un grupo particularmente vulnerable y expuesto a sufrir las consecuencias generadas en forma directa o indirecta por diferentes factores. Las limitaciones de la actividad económica, las actividades educativas con características muy particulares, los controles sanitarios restringidos y el distanciamiento físico incrementan la exposición a la violencia durante la infancia y adolescencia.
En el contexto de la pandemia de COVID-19, el hogar es el lugar donde más tiempo pasan muchas niñas, niños y adolescentes, con sus padres, madres y cuidadores (UNICEF, 2020), y donde ocurren las situaciones de violencia con mayor frecuencia. La comunicación por medios virtuales es muchas veces lo que permite que puedan continuar un intercambio con otros ámbitos como la escuela o la comunidad.
Por otra parte, siempre debemos tener en cuenta que la violencia presenciada, del tipo que sea, impacta física y psicológicamente de formas muy similares a cuando son víctimas directas (UNICEF, 2006). El informe COVID-19 de CEPAL-UNICEF refiere en sus recomendaciones que la crisis actual ha exacerbado los factores de riesgo y deteriorado los factores de protección de manera que los niños y adolescentes están mucho más expuestos a sufrir violencia física, psicológica o sexual.
Los datos nacionales reflejan la problemática. El Informe de Gestión 2019 de SIPIAV (Sistema Integral de Protección a la Infancia y Adolescencia contra la Violencia) indica que los tipos de violencia son variados: el mayor porcentaje correspondió a maltrato emocional (32%), abuso sexual (24%) y maltrato físico y negligencia (22%).
En el mismo informe se establece que: 56% de las intervenciones correspondieron a niñas y adolescentes, un poco más de la mitad tenían menos de 12 años y 17% tenían entre 0 y 5 años. Se intervino en 1100 casos de abuso sexual, tres de cada cuatro fueron de sexo femenino. Del total de niñas y niños menores de 5 años, el 32% sufrió abuso sexual.
En nuestra institución se ha verificado un aumento importante de las consultas al equipo de referencia en violencia. Se puede acceder a las consultas por derivaciones de las diferentes policlínicas, Servicio de Emergencia o en Policlínica de Violencia Doméstica (VIDA) directamente, donde usuaria/os concurren en forma espontánea.
Las situaciones de maltrato infantil o de abuso sexual, muchas con derivaciones judiciales, generan en el personal de salud la necesidad de implementar rápidamente las estrategias adecuadas para el abordaje de cada una de ellas. Se debe ofrecer respuestas integrales, coordinadas y protocolizadas complementadas con redes territoriales, siempre manteniendo la confidencialidad a la cual está obligado el personal de salud.
Es de enorme importancia que los padres y quienes tengan a su cargo del cuidado de los niños, niñas y adolescentes estén atentos a diferentes manifestaciones y/o alteraciones del comportamiento que pueden presentarse. Deben evaluarse teniendo en cuenta la edad y la etapa del desarrollo en que se encuentran. Siempre es conveniente la consulta con el médico tratante.
Entre las manifestaciones que pueden presentarse:
- alteraciones del sueño: dificultad para conciliar el sueño o despertares frecuentes
- cambios de conducta, irritabilidad, enojo
- dificultad en la socialización, aislamiento
- auto o heteroagresividad
- regresión de conductas adquiridas
- ansiedad, miedo, pesadillas, fobias
- conductas sexualizadas no acordes a la edad
- inflexiones en el rendimiento escolar
- dificultad de aprendizaje
- hiperactividad
El M.S.P ha implementado diferentes protocolos para el abordaje de situaciones de maltrato y violencia sexual en el marco del SNIS.
Las capacitaciones que desde hace algunos años vienen realizándose a todos los funcionarios, técnicos y no técnicos, han colaborado en la prevención, la detección temprana y el abordaje precoz.
Por otra parte, el equipo de referencia en violencia doméstica de S.M.I se ha integrado en forma directa a la comunidad, realizando talleres de capacitación en Centros de Atención a la Infancia y a la Familia (C.A.I.F) con el objetivo de generar un intercambio fluido entre educadores y personal de salud, que colabore en disminuir los factores de riesgo y potenciar los factores protectores ante situaciones de violencia hacia niños y niñas.
- Dra. Sylvia Gamero Médico Legista
- Dra. Andrea Moreno Médico Pediatra
- Lic. Florencia Guinle Licenciada en Trabajo Social