Síndrome de intestino irritable

QUE ES? COMO HAGO EL DIAGNOSTICO? COMO LO TRATO?

Dra. Inés Trucco
Dra. Elena Trucco
Gastroenterólogas

¿Cómo se define?

El Síndrome de Intestino Irritable (SII) es un trastorno funcional (no hay lesión a nivel intestinal), evoluciona con empujes y remisiones por eso decimos que es crónico, que se caracteriza por la presencia de dolor abdominal asociado a trastornos en la evacuación de la materia fecal (heces).


¿Es frecuente?

El SII es uno de los desórdenes gastrointestinales más frecuente en la práctica clínica, con una prevalencia a nivel mundial que oscila entre un 10-20% según las distintas regiones, siendo 5 a 20 veces más frecuente en la mujer.
La prevalencia del SII en Europa y América del Norte está estimada en 10-15%.
En Uruguay, por ejemplo, un estudio comunicó una prevalencia general de 10.9% (14.8% en mujeres y 5.4% en hombres).


¿Cómo se manifiesta?

El SII se caracteriza por la presencia de dolor abdominal, crónico, intermitente, que predomina en hemiabdomen inferior (sector por debajo de la región del ombligo), puede ser difuso, o tipo cólico como un retortijón, de intensidad leve a moderada, sin irradiaciones; que se acompaña de alteraciones del tránsito digestivo bajo (diarrea o constipación o ambas ), así como de otros síntomas digestivos: flatulencia, distensión, urgencia defecatoria , sensación de evacuación incompleta, expulsión de moco blanquecino con las heces (gleras). Puede estar vinculado a las ingestas así como al stress. El examen físico debe ser normal.

Para su diagnóstico NO podemos tener síntomas o signos de alarma como son las molestias que despiertan al paciente mientras duerme, sangre con las materias, pérdida de peso, fiebre, anemia clínica, masa abdominal, adenopatías, ictericia.

El Intestino Irritable es una condición clínica cuyos síntomas no pueden ser explicados por causas orgánicas, metabólicas ni infecciosas subyacentes. Interfiere en la calidad de vida del paciente con impacto en sus vínculos sociales, alteraciones psicológicas y del sueño, déficit funcional en el trabajo y limitaciones en la actividad sexual.

El SII se asocia a otras afecciones, como la fibromialgia, el síndrome de fatiga crónica, la enfermedad por reflujo gastroesofágico, la dispepsia funcional, el dolor torácico no cardíaco y los trastornos psiquiátricos, como depresión mayor, ansiedad y somatización.


¿Cómo se clasifica el SII?

Según el síntoma dominante el SII se clasifica en 3 subtipos: diarrea (SII-D), constipación (SII-C) y mixto (alterna diarrea y constipación). Esto es muy importante, se obtiene del interrogatorio y nos da la orientación sobre qué tipo de tratamiento instituir.


¿Se deben hacer estudios para su diagnóstico?

El diagnóstico es clínico y no requiere de ningún estudio complementario.
Se deben realizar estudios en aquellos pacientes que cumplan con los criterios clínicos de SII basados en síntomas pero presentan síntomas y /o signos de alarma, o sintomatología que no responda al tratamiento o la presencia de factores de riesgo (cáncer colorectal, enfermedad celiaca, enfermedades autoinmunes etc). La elección de las pruebas diagnósticas debe hacerse en forma individualizada considerando las características clínicas y la prevalencia de enfermedades orgánicas (Enfermedad celiaca, enfermedad inflamatoria intestinal, neoplasias, etc.).

Como ejemplo: la colonoscopia debe realizarse en pacientes con criterios clínicos de SII que tengan factores de riesgo para cáncer de colon, inicio de los síntomas luego de los 50 años, cambios en el hábito intestinal, presencia de sangre en heces y en todos aquellos pacientes que no responden al tratamiento.


¿Cuál es el tratamiento?

• El tratamiento en SII debe ser dirigido al síntoma más molesto, una adecuada relación médico-paciente tiene efectos positivos en la mejoría global, mejoría de los síntomas y en la calidad de vida de los pacientes con SII.
• Debe ser integral e incluir recomendaciones para una posible modificación del estilo de vida.
En pacientes con síntomas leves e intermitentes que no afectan la calidad de vida, inicialmente recomendamos modificar solo el estilo de vida y la dieta en lugar de agentes farmacológicos.

El tratamiento farmacológico debe estar enfocado según los síntomas predominantes, el motivo de consulta y el grado de afectación de la calidad de vida del paciente.
Se debe advertir a los pacientes que, aunque el SII no aumenta el riesgo de malignidad, es una enfermedad crónica.
El médico debe establecer expectativas realistas con límites consistentes e involucrar al paciente en las decisiones de tratamiento.

 

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