18/05/24 De recuerdos y reencuentrosEntrevistas a Imilce Viñas, Roy Berocay y Fernando Cabrera.
Durante sus 40 años de vida el SMI ha recibido a miles de socios entre los que se encuentran actores, músicos, escritores y personalidades de la cultura en general. En estos últimos años muchos de ellos han sido entrevistados por esta revista. A través de esos diálogos fuimos conociéndolos más allá de su actividad pública; buceando en historias de infancias, de aprendizajes, de búsquedas y encuentros con esa profesión y pasión que los convirtió en figuras destacadas dentro del ámbito socio cultural uruguayo. La primera vez que la actriz Imilce Viñas fue entrevistada para esta revista fue en noviembre de 2006, una tarde de mucho calor. Estaba trabajando en los ensayos de Con una edad similar a la de Imilce, Roy Berocay también vivió una gran mudanza que lo marcó para siempre. En el 2009, el músico y escritor contaba cómo fue para él, con 10 años, emigrar a California: La actividad creativa siempre estuvo presente en la vida de Imilce, de Roy y de Fernando. Desde la infancia se marcaban inquietudes y gustos y, en el caso de Cabrera, el estudio fue fundamental: ''El tema de la música en mí siempre fue… ¿viste como cuando vas a la escuela? que no te consultan ni nada, vos tenés que ir a la escuela, bueno, a mí me pasó un poco eso porque a los 6 años recién cumplidos me mandaron a estudiar guitarra, con una profesora del barrio. Apareció una profesora en el barrio y mi madre me mandó a estudiar ahí. No te olvides que estamos hablando de hace más de 40 años y a los niños ni se les pasaba por la cabeza discutir lo que decían los padres: un día me trajeron un paquete, un guitarra, un libro de solfeo, un cuaderno pentagramado y la noticia que la semana que viene empezaba a estudiar guitarra. Te cuento esto porque la música está para inserta en mi destino de una manera casi que ni siquiera elegida, desde la niñez. Lo mismo me pasó después con la composición''. El segundo encuentro con Fernando Cabrera fue en un bar de la Peatonal Sarandí, en marzo del 2012. El músico ya nos había recibido en su casa un par de años antes pero ahora su carrera y vida tenía nuevos agregados: en el 2011 recibió varios premios (un Iris , dos Graffitis y tres Discos de Oro) viajó por el Uruguay con la gira ''Primera Vez''- justamente visitando lugares a los que nunca había llegado- y descubrió que en muchos países Latinoamericanos su música era escuchada y reconocida. No fue una ''explosión'' sino un proceso natural, tal como decía él: ''No es un pico violento que haya habido recientemente sino que mi trabajo y trayectoria siempre ha tenido un ascenso leve, un ascenso moderado, pero siempre fue de a poquito mejorando. Nunca tuve lo que se dice un boom o un pico, algo violento. Siempre en una mejoría constante, que es una linda manera de que te pasen las cosas también porque todo es como natural, se van enganchando las cosas''. Y las cosas se fueron enganchando mucho antes: ''yo tomaba clases de orquestación, iba al conservatorio, pero ni siquiera pensando en ser músico profesional, era por el gusto de aprender, por placer, por seriedad, si me hubiera gustado otro hobby lo hubiese hecho de la misma forma. Después la vida me fue llevando, fueron llegando las actuaciones, los discos pero sin ponerme nunca esa meta''. Pero que las cosas fluyan no siempre es tan fácil. A veces es necesario llegar al fondo para tomar una decisión y encontrar las formas de llegar a la meta. Una crisis, un ''click''. Roy lo contó así: ''Yo probé todos los trabajos que se te pueden ocurrir: fábricas, oficinas, venta de libros, barcos pesqueros, de todo pero no encajaba en ningún lado y sufría mucho por eso. Ya me había casado ( a los 19 años) y sentía que no iba por ahí. Hice una crisis existencial, estuve como 3 meses tirado mirando el techo y un día algo hizo un quiebre y decidí que iba a hacer lo que quería hacer o no iba a hacer nada. Fue una cosa como de apostar todas las fichas a algo y podía perder todo, fue una época complicada. Entré a pensar en qué cosas me gustaban y lo que me gustaba era escribir y hacer música pero tampoco era un delirante porque me daba cuenta que era difícil vivir de ser escritor en Uruguay. Lo más próximo a ser escritor y con lo que podía ganar plata era el periodismo así que conseguí una máquina de escribir y escribí cosas que yo consideraba artículos periodísticos-que no lo eran en lo más mínimo-y empecé a recorrer redacciones de diarios. En el diario El Día, les gustó y me encargaron una nota sobre la Escuela de Iniciación Musical (la primera nota que escribí en mi vida), la publicaron y me pagaron. Después me enteré que iba a salir un semanario ''El correo de los viernes'' fui a hablar y me encargaron unas notas de música que también publicaron; el secretario de redacción de ese semanario también lo era de ''El diario'', allí necesitaban una persona para policiales y me tomaron. Fue algo que se dio bastante rápido, creo que pasaron dos meses a partir del momento que decidí que quería escribir. Estuve dos años como cronista policial, trece como corresponsal de Reuters, también estuve en semanarios y revistas pero siempre consideré el periodismo como una etapa intermedia para poder escribir''. Imilce también hablaba de crisis. De ahí que los últimos años de su vida los dedicara a la dirección más que a la actuación: ''Pienso que son crisis, momentos que pasan, es una crisis con la actuación. Es que yo actué mucho, un número muy grande de funciones y desde el 2000 en adelante hice esfuerzos muy grandes para mi edad en aprenderme monólogos, por ejemplo, y, aunque tuve muy buena acogida del público, había algo que no me llenaba tanto. Artísticamente, de alguna manera, no me sentía bien, había una forma en la expresión artística que me estaba faltando y la dirección cubre con creces eso por eso todos mis proyectos son de dirección, no puedo hacer proyectos de actuación... tendría que ser algo muy particular''. En tanto artistas, los tres nos hablaron de su relación con el público. Roy contaba con que naturalidad lo trataban los niños, sus lectores: ''Fue una de las cosas que me llamaba la atención al principio porque me trataban como si me conocieran de toda la vida y eso está bueno. Después empezás a pensar y cuando hay un autor que te gusta mucho vos sentís que lo conoces, a mí me pasaba. Yo admiro mucho a Ernesto Sábato y siento que es una persona a la que quiero mucho y nunca en mi vida lo vi...'' Tres historias, tres voces, tres creadores que pasaron por esta revista. Y hay muchos más… Encuentre este contenido en: |